De acuerdo con las iniciativas de desarrollo sostenible de Manucurist, los productos de origen animal están excluidos de todas las fórmulas e ingredientes. Los productos de origen animal contribuyen en gran medida a las emisiones de gases de efecto invernadero, a la deforestación y a otros problemas medioambientales.

Considerado como un compuesto orgánico volátil (COV), aumenta la contaminación del aire y de las plantas y puede causar daños respiratorios en los seres humanos. Esta sustancia química peligrosa se encuentra habitualmente en los disolventes de pintura, el pegamento y el esmalte de uñas.

Sustancia tóxica altamente irritante conocida por provocar náuseas, mareos y convulsiones. Su ingesta puede provocar insuficiencia respiratoria, coma e incluso la muerte.

Este compuesto puede causar irritación, dolores de cabeza, mareos y náuseas. La exposición prolongada puede causar daños en el sistema nervioso central, el hígado y los riñones.

Utilizado habitualmente en retardantes de llama, productos electrónicos y plásticos, se ha relacionado con efectos negativos para la salud, como alteraciones endocrinas y problemas de desarrollo, y podría ser cancerígeno.

Se sospecha que es un disruptor endocrino y es especialmente tóxico para los órganos.

Se utiliza en plásticos, caucho y materiales aislantes. Este compuesto puede causar irritación de los ojos, la piel y el sistema respiratorio, así como dolores de cabeza, mareos y náuseas. La exposición a largo plazo se ha relacionado con el desarrollo de cáncer y otros problemas de salud graves.

Estas sustancias químicas suelen ser la causa de reacciones alérgicas en las fórmulas de esmalte de uñas en gel. Pueden utilizarse para crear películas sólidas y flexibles, pero las moléculas son muy reactivas, volátiles y lo bastante pequeñas para penetrar en la epidermis. Debido a la reciente preocupación por esta clase de sustancias químicas, Manucurist sustituye todos los monómeros por oligómeros que son menos volátiles, reactivos y de mayor tamaño, por lo que no pueden atravesar la barrera cutánea.

Se ha comprobado que esta sustancia es tóxica para determinados órganos e irritante para las vías respiratorias. Está potencialmente relacionada con una enfermedad cutánea llamada ocronosis, que da a la piel un color gris-azulado.

Utilizado habitualmente en los esmaltes de uñas como plastificante para mejorar la flexibilidad y durabilidad, este ingrediente se ha asociado a irritación cutánea, fotosensibilidad y reacciones alérgicas, así como a posibles efectos de alteración endocrina.

Relacionados con problemas de reproducción, desarrollo y alteraciones endocrinas, los productos que contienen esta sustancia están sujetos a restricciones en muchos países.