Manucurist cuenta con más de 90 colores de esmalte de uñas. Pero detrás de cada uno de ellos, hay mucho más que simples tonos. Es una historia de inspiración, intercambio y saber hacer que da vida a tu próxima manicura. Cada frasco de esmalte Green™ o Green Flash™ es fruto del meticuloso trabajo de un equipo apasionado y tremendamente creativo. ¿Y si te mostráramos el detrás de escena? Acompáñanos entre bastidores en la creación de tus tonos favoritos.
La inspiración: donde todo comienza
Todo empieza con una idea que va germinando con el paso del tiempo. Imaginar un nuevo color requiere tiempo y previsión. “Trabajamos con 18 a 24 meses de antelación en el calendario, como en la moda”, comenta Célia, responsable de desarrollo de productos en Manucurist. Porque crear un color es, ante todo, saber escuchar el mundo que nos rodea.
Observar las tendencias de moda y belleza
En esta primera etapa, el equipo hierve de ideas. Es el momento en que Célia, Marie-Julie, jefa de producto junior, Gaëlle, CEO de Manucurist y Lexi, responsable de marketing para el mercado estadounidense, comparten sus deseos e inspiraciones recogidas a lo largo de su monitoreo constante de tendencias.
En cuanto a moda, analizan los desfiles de alta costura y especialmente de prêt-à-porter para identificar los colores de ropa que marcarán tendencia en las próximas temporadas. En belleza, detectan las tendencias de las marcas más influyentes. Están especialmente atentas a las novedades de Glossier, Rhode, Summer Fridays, Typology o Guerlain.
¡La tormenta de ideas no para entre Gaëlle, Célia y todo el equipo de Desarrollo de Producto para definir los nuevos tonos de Manucurist!
La comunidad Manucurist: una fuente inagotable
Si bien las tendencias guían la creación de nuevos colores, la comunidad Manucurist también juega un papel esencial. Vuestros comentarios, deseos e ideas son fuentes inagotables de inspiración para el equipo. Porque cada nuevo tono está pensado para vosotras y con vosotras, con el objetivo de responder a vuestras expectativas. Por eso, nuestros equipos intercambian y os consultan todo el año, especialmente a través de las redes sociales.
La paleta Manucurist: un legado que enriquecer
Es imposible crear un nuevo esmalte sin tener en cuenta la paleta Manucurist. Cada nueva creación debe llenar un vacío detectado dentro de este abanico que ya cuenta con más de cien tonalidades, y al mismo tiempo, conservar la coherencia de cada familia de colores.
A partir de estas diversas reflexiones, el equipo selecciona el o los colores a desarrollar. Cada tono elegido se representa en un moodboard que sintetiza la intención del equipo de Producto: allí se encuentran tableros con imágenes (de desfiles, maquillajes, pero también de estilismo culinario o decoración), muestras de materiales (telas, maquillaje…) y el código Pantone®️ más próximo al color deseado. Este documento es el que se envía al laboratorio.
¿Qué color enriquecerá la paleta Manucurist? ¡Esa es la cuestión!
Del moodboard a la fórmula: el nacimiento del color
Es Emilie, colorista de Manucurist, quien entra en escena para transformar la idea del color en realidad.
El rol del colorista
Guiada por el briefing del equipo de marketing, Emilie se embarca en un trabajo de una precisión extrema. “Empiezo seleccionando los pigmentos vegetales y otros componentes que permitirán obtener exactamente el color deseado”, explica. La elección de los ingredientes requiere tanta precisión como intuición. Existen una enorme variedad de pigmentos y no todos tienen las mismas propiedades: algunos son más cubrientes, otros más transparentes. Además, no todos están autorizados en todos los países, especialmente ciertos pigmentos azules, amarillos y verdes.
Si el tono deseado implica un efecto texturizado, Emilie también debe elegir entre distintos tipos de materiales. Un verdadero saber hacer, como ella misma explica: “Las nácares suelen ser mucho más finas y aportan un efecto maquillaje muy homogéneo. Las purpurinas son más grandes y generan un depósito más aleatorio al aplicarlas.”
El arte de combinar los ingredientes para obtener una fórmula estable y conforme con las normativas de los países donde se comercializará el esmalte.
Una vez seleccionados los ingredientes, Emilie los mezcla con una base de esmalte Green Flash™. El desarrollo de un color siempre comienza con Green Flash™, cuya fórmula impone más restricciones, antes de adaptarse al esmalte Green™. La muestra obtenida se envía a Manucurist.
El diálogo para encontrar el equilibrio perfecto
Tan pronto como Célia y Marie-Julie reciben la muestra, la comparan con los tonos cercanos de la paleta Manucurist existente para comprobar que esta nueva tonalidad se diferencia claramente. También la prueban en sus uñas para evaluar la opacidad o transparencia, la textura del producto, la facilidad de aplicación, la duración, el secado, etc.. Un segundo test se realiza con Agathe, nail artist y experta en manicura, quien aporta su mirada profesional.
A continuación, se establece un diálogo entre Célia y el laboratorio para ajustar la fórmula en función de los comentarios de las pruebas. Se elaboran nuevas muestras que se testean a su vez hasta alcanzar un resultado perfecto en cada uno de los parámetros.
Una vez validado el color en la versión Green Flash™, el proceso se repite para duplicar la nueva tonalidad en la fórmula Green™. Todo un reto para nuestra colorista, teniendo en cuenta que en Manucurist es fundamental que los tonos sean perfectamente idénticos en ambas gamas.
Desarrollar un nuevo color de esmalte en Green™ y Green Flash™: ¡todo un desafío para nuestras coloristas!
La etiqueta y el embotellado
Una vez que el tono está validado y la composición verificada, queda una etapa crucial: encontrarle un nombre. Evocador o lúdico, siempre debe contar una historia. A veces, el nombre surge como una evidencia, como fue el caso de Indian Summer, un esmalte rojo ladrillo creado en homenaje al color icónico de Yves Saint Laurent. Otras veces, hay que tomarse un tiempo para reflexionar, dejar volar la imaginación, jugar con asociaciones de ideas hasta dar con un nombre evocador. Y en ciertos casos, hay que optar por un término más comercial que sea más atractivo. Pero en todos los casos, siempre hay que verificar que el nombre no esté ya registrado por otra marca.
La creación de la etiqueta es el toque final. Célia y Marie-Julie reúnen toda la información que debe figurar en ella: el nombre del color, la lista de ingredientes, los pictogramas y las menciones obligatorias. Luego, los diseñadores gráficos realizan el diseño y las etiquetas se imprimen y se envían a la fábrica. Ahora sí, la producción puede comenzar… es el nacimiento oficial del nuevo esmalte.
Nombrado y embotellado, el nuevo esmalte comienza una nueva vida.
Desde la primera intuición hasta el momento en que el color se posa sobre tus uñas, transcurren muchos meses de trabajo. Fruto de un saber hacer único, cada frasco de esmalte Manucurist representa no solo un nuevo tono, sino también nuevas emociones compartidas. Una historia de colores que el equipo de Manucurist continúa escribiendo con pasión, para ti y contigo. Life in beautiful colors 🌈💅